Comentario
Al sur del cauce medio del Ganges, hoy provincia de Madhya Pradesh, se encontraba el antiguo reino de Bundelkhand, regido por el clan rajput de los Chandella desde los siglos X al XIII. Su capital, Khajuraho, reúne el conjunto religioso más rico de su reino y, a pesar de la conquista islámica por los sultanes ghóridas de Delhi a principios del siglo XIV, es uno de los recintos mejor conservados en la India del norte; hoy solamente quedan en pie 22 templos de los 85 registrados en las crónicas del momento y que hipotéticamente cabe imaginar entre las ruinas. Khajuraho fue descubierto por los británicos en 1840 y los trabajos de conservación y reconstrucción comenzaron ya a partir de 1906.
Los Chandella se consideraban descendientes de la luna (la diosa Chandra), muy unida a los cultos matriarcales de fertilidad; quizá, esto explique en parte el florecimiento del Tantra durante su reinado, y la actitud permisiva hacia cualquier religión, pues sus templos presentan una miscelánea de cultos hindúes (a Siva y Vishnu preferentemente) y jainas. A pesar de la diversidad religiosa todos los nagara del Bundelkhand se conciben bajo las mismas premisas arquitectónicas, con una cuidadosa técnica de sillería, sin argamasa ni grapas, en una excelente arenisca cremosa; y una esmerada labra escultórica en un altorrelieve tan pronunciado que alcanza expresiones volumétricas propias del bulto redondo.
Todos los templos, ya sean hindúes o jainas, presentan una exuberante decoración figurativa que, siguiendo la tipología escultórica de los siglos XI y XII, mezcla lo cotidiano y lo mítico, lo humano y lo divino; ahora, al amparo de la filosofía Tantra, que extiende su erotismo por cualquier elemento arquitectónico: basamentos, soportes, ménsulas, dinteles, paramentos...
El templo de Kandariya Mahadeo, dedicado al culto de Siva bajo la advocación del lingam, es el gran paradigma del arte Chandella y el protagonista del recinto occidental (hindú) de Khajuraho. Fue mandado construir por el rey Vidhyadhara entre los años 1017 y 1029. Mide 34 m de largo por 22 de ancho y su sikara sobrepasa los 40 m de altura; su imponente masa arquitectónica y sus más de 800 esculturas, entre las que abundan los mithuna, que tan bien reflejan el refinamiento del estilo Chandella, avalan el puesto de honor artístico del Kandariya Mahadeo.
Longitudinalmente, se alinean la antesala de los hombres, la sala de los hombres, la antesala del dios y la sala del dios, como en cualquier nagara; pero el estilo del Bundelkhand se caracteriza por la concepción unitaria del espacio y la valoración del soporte, frente al muro, como elemento de descarga del peso de las cubiertas (justo al contrario que en Orissa). El espacio interior, único, se manifiesta como un bosque de columnas, en el que sólo el sancta sanctorum se aísla con un muro de cerramiento. El murete exterior, que encinta los soportes y que resta espectacularidad a la visión de la columnata perfilándose contra el vacío, es un refuerzo actual del Archaeological Survey of India.
Las cubiertas también se suman a este concepto de unidad espacial, en el que sólo destacan sus remates, gracias a una sabia concatenación de volúmenes ascendentes que, a modo de magma volcánico, parecen empujarse hasta culminar en el sikara, creando un efecto de gran dinamismo.
En el conjunto jaina (Khajuraho oriental) también merecen mención especial los templos Parshvanath y Adinath, ambos pertenecientes al estilo de los siglos XI y XII, aunque alguna inscripción in situ pretenda remontarlos al siglo X.
Parshvanath y Adinath son, respectivamente, el 23º y 1° tirthakara (santos profetas) de la religión jaina, fundada en el siglo VI a. C. por Mahavira, un príncipe del reino de Magadha cuya historia muestra un gran paralelismo con la de Buda. Sin entrar en cuestiones doctrinales sobre esta religión, conviene sin embargo aclarar que los templos jainas necesitan un ambiente más íntimo y aislado que propicie la meditación; de ahí las múltiples celosías de piedra que tamizan la luz y que desde fuera no permiten ver las salas hipóstilas interiores. Por lo tanto, el efecto general de la masa arquitectónica es más denso que en los templos hindúes, aunque en todo lo demás siga las mismas características arquitectónicas y escultóricas.